Resumen:El hombre no tiene naturaleza, tiene historia, tiene culturas. Por eso ser hombre no es ser un hombre cualquiera, sino una determinada manera de ser hombre. Pretender reconocernos a través de nuestra memoria colectiva es una apuesta que hacemos contra la desagrupación y desterritorialización, y también contra la evasión y la atomización individual. Desde la revitalización de los usos rituales y de la sincronía expresiva de la comunicación fiestera, el autor propone ir hacia la reconstrucción de la razón común. El libro está compuesto por seis trabajos de carácter antropológico sobre otros tantos aspectos de la identidad cultural: los verdiales, la zanga, el lenguaje, lo sagrado, el conflicto social y el cante.