Resumen:Muchos han contado, mejor o peor, la intensa lucha social, política e ideológica que vieron los pueblos y ciudades, campos, fábricas y minas de España en aquellos cruciales años de la guerra europea y la inmediata posguerra. La autora aprovecha técnicas y métodos ya usados, pero no los repite: los supera. Asimila y aplica análisis generales de filósofos, sociólogos e historiadores europeos, y al integrarlos en el caso malagueño enriquece considerablemente la comprensión de la vida y trabajos de aquellos hombres y mujeres. Un elemento llama particularmente la atención: la relación entre espacio y poder, más que desarrollada, sugerida. No es sólo que los ricos vivan en un sitio y los pobres en otro, en el caso de Málaga divididos por el Guadalmedina. Es que uno es el espacio del poder y otros los colonizados. Y la lucha social y política tiene una dimensión espacial, a veces casi ritual, que consiste en la ocupación por el proletariado y, en ocasiones, por clases medias, de los espacios burgueses: esta intromisión en su territorio reservado, en su hogar cívico es vivida por la burguesía acomodada y bienpensante como un allanamiento de morada. Nada hay más surbversivo: acostumbrada a considerar la res publica como asunto privado, la polis como solar de su propiedad, donde el pueblo -la plebe- penetra, a lo más, como invitado, no puede comprender ni aceptar que éste se erija ahora, y actúe, como codueño. Es el comienzo de “la rebelión de las masas” que, para conquistar el poder, empiezan ocupando la calle.