Resumen:La Costa del Sol es, desde hace más de veinte años, una de las zonas de mayor vitalidad demográfica de España y, sin ninguna duda, posee los “records” de crecimiento en Andalucía. Este ritmo espectacular es consecuencia directa de una importantísima inmigración, que coincide en el tiempo con la aparición y afianzamiento del turismo, y ha adquirido tal magnitud que está provocando enormes problemas sociales, aún sin resolver, al haber rebasado con creces las previsiones de crecimiento más optimistas, y que afectan no sólo al inmigrante, sino también a la población autóctona. Pese a ser reciente, esta inmigración ha elevado el índice de no autoctonía de la zona a uno de los valores más altos de España, superior incluso a los de provincias tradicionalmente inmigrantes, lo que ha originado el desarraido cultural de la población originaria, que ya se halla en franca minoría. Junto a este se encuentra el más grave problema social del inmigrante económico, andaluz en su mayoría, que sufre un desarraigo y una clara desapegación socioespacial, en barrios dormitorios creados casi de nueva planta para acoger a esta población.