Resumen:Carratraca es la puerta del Guadalhorce, y desde las terrazas que forman algunas calles se puede contemplar el fantástico valle, o valles, varios, dependiendo de la luz, el sol que juega con los naranjos y con los olivos, con la cal de las fachadas blanquísimas como túnicas de senadores solemnes, tejas rojas como la sangre de Cristo. Casas blancas que forman calles que rodean las termas y que dibujan curvas imposibles que desembocan en la plaza de la Constitución y que la noche de la Luna Mora recorremos en penumbra, caminando entre velas y danzas árabes. Esa es Carratraca.