Resumen:En Málaga, por su cálido clima, existe una gran facilidad para el cultivo de la flora subtropical, lo cual propició, en la segunda mitad del siglo XIX, un crecimiento excepcional de la diversidad vegetal de la ciudad. La moda del coleccionismo y la bonanza económica desarrollaron una singular afición de la burguesía por las plantas y los jardines, que dio lugar a concursos, exposiciones y aclimataciones de especies singulares e infrecuentes. Entre los jardines más notables que han llegado hasta hoy día se encuentra el de La Concepción, declarado Bien de Interés Cultural, protagonista principal de esta obra y ejemplo vivo de aquellos tiempos de esplendor.