Resumen:La historia de los días, del quehacer deslizable y monótono del reloj, de la hora, del discurrir, es una historia sin fechas, sin batallas, sin grandes acontecimientos. Es la historia olvidada por todos, menos por quienes la vivieron, la forjaron, la labraron con el esfuerzo -y siempre-, con el sacrificio personal de quienes fueron, día a día, haciendo historia. Antonio Muñoz Frías, que fue niño en aquellos años -de la guerra civil-, huérfano de la represión contra los demócratas, piensa que su pluma es la menos indicada para escribir estos relatos, sin embargo cree que es necesario recordarlos para no tropezar otra vez en el mismo error, lo que vivió en su calle de la Cruz Verde, en las calles del Centro, y quede testigo perenne en este libro. No hay ni un solo personaje ficticio, desde don Balbino hasta el último harapiento, son ellos mismos, tal vez que haya alguna careta en el suelo, algún traje mal cortado, pero señala el autor que son ellos mismos. A todos estos personajes con los que convivió, los recuerda con el mismo cariño.