Resumen:A mediados del siglo XIX, los famosos vinos de Málaga empezaron a comercializarse en botellas. Éste sería el comienzo de lo que Manuel Martínez Molina llama “la edad de oro de la etiqueta”, y que llegaría hasta la mitad del presente siglo. De la colección del autor, compuesta por algunos miles de piezas que durante más de treinta años ha venido recopilando y restaurando, se han seleccionado para este libro varios centenares de etiquetas y algunas interesantes muestras de estampería publicitaria, que constituyen un imponente legado del arte de la litografía, con obras de los míticos Berrocal, Fausto Muñoz, Alcalá y Párraga, entre otros. Este libro viene a demostrar, una vez más, el esplendor que en un momento histórico tuvo Málaga, plasmado en este caso en dos facetas distintas pero confluyentes: la actividad vitivinícola y las artes gráficas.