Resumen:Tras la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos en 1487, el proceso de repoblación de las tierras malagueñas se realizó siguiendo un modelo basado en la familia nuclear o conyugal. Para poder ser colono era requisito imprescindible tener esposa y así acceder a lo que se denominaba “casa poblada”. Pero, con independencia de este reconocimiento de la función reproductora de la mujer, su papel, aparentemente secundario, habría de cambiar ante las dificultades del mundo de frontera: la guerra o piratería exponían a una muerte fácil a los hombres, y en ese caso, las mujeres pasaban a ser las titulares del repartimiento, con sus mismos derechos y obligaciones. La documentación que aporta este libro pone de manifiesto la importancia que estas mujeres tuvieron durante la etapa repobladora, en la que con frecuencia aparecen no como hijas o esposas, sino como colonas y, por tanto, sujetos “visibles” del devenir histórico de la sociedad.